Pubblichiamo volentieri la testimonianza di due pellegrini guatemaltechi, amici dei nostri fratelli, che hanno partecipato alla beatificazione di Giovanni Paolo II e raccontano la loro visita fugace a Sassovivo. Il post è in spagnolo, ma tutti i nostri lettori sono invitati a leggerlo (spagnolo e italiano sono lingue vicine..) anche perchè da Comalapa c’è lo sforzo costante di leggere gli articoli in italiano.

“Todos los caminos conducen hacia Roma” dicen los italianos.



Participar de una Beatificación es, de por sí, ya un privilegio, pero si a eso sumamos que se trató de una persona que fue tan cercana como un padre o un amigo, se vuelve más que especial. Participar en la misa de Beatificación de SS Juan Pablo II ha sido, sin duda, una de las mejores experiencias de nuestra vida. Así también el estar tan cerca del Santo Padre, el Papa Benedicto XVI, ha sido un impulso, un ánimo, un empuje para seguir luchando. En ese momento central de la misa, justo después del rito de Beatificación, todos a una dábamos gracias a Dios, que se glorificaba en uno de sus santos, y se olvidaron las largas esperas, las caminatas, quizá el desvelo, la insertidumbre misma de no saber si éramos capacez de estar siquiera dentro de la Plaza de San Pedro, sin imaginarnos que la providencia nos tendría preparado un lugar desde el que pudimos tener tan de cerca al Santo Padre y todos los concelebrantes durante la procesión de entrada. Definitivamente extraordinario!

Y luego, la veneración de las reliquias, los restos mortales del nuevo Beato. Después de un breve, muy corto respiro terminada la misa, nos encaminamos a la imponente Basílica de San Pedro –la primera vez para nosotros-. Una vez más, una muchedumbre incontable de personas –que se alargó hasta ya entrada la noche- nos dirigíamos hacia allá para la veneración. Valieron la pena las casi dos horas de espera por los pocos minutos dentro de la Basílica. Algo por demás especial.

Los tres días posteriores fueron de impresionante impacto y emoción: el privilegio de visitar tres de las cuatro Basílicas mayores de Roma y poder ver arte por todas partes; el Coliseo, los lugares y plazas tradicionales y emblemáticos; también las Basílicas de San Francisco y de Santa Clara en Asis. Fue algo espectacular… impresionante!

Y por si esto fuera poco, la oportunidad de reecontrarnos con grandes amigos como el P. Oswaldo y el hermano Jonathan, y de conocer nuevas personas y hacer nuevos amigos en su comunidad en Sassovivo. Estar en esa abadía tan grande y con casi mil años de historia y durante la clausura de la Asamblea de la Familia espiritual de Charles de Foucauld (un nombre por casualidad!) fue una preciosa experiencia, una verdadera fiesta. Actualmente las comunidades que se inspiran al mensaje del Padre de Foucauld estàn presentes en los cinco continentes y nosotros tuvimos la oportunidad de conocer a hermanos y hermanas tan diferentes. En pocas horas hubo un poco de todo: la misa en francés, comimos, reímos, bailamos al ritmo inter-continental. Pudimos ver a todos unidos en un mismo espíritu y en un mismo carisma, siguiendo una misma espiritualidad y sobre todo, sintiendo la alegría de vivir en plenitud aquello de lo cual son parte. Qué mensaje para nosotros que estamos más acostumbrados a marcar lo que nos divide!

En fin, unos días muy cansados pero maravillosos, dándonos un respiro de nuestras actividades cotidianas. Una experiencia que fue interiormente edificante, comunitariamente útil, y espiritualmente lleno de gracia y bendición, no sólo para nosotros sino también para nuestras familias, nuestros amigos y toda Comalapa, a quienes hemos recordado con especial afecto y cariño estos días desde las tierras romanas.

Gracias Señor por la dicha de haber tenido una experiencia inolvidable!

Charles Jafet Perén y Azucen López