2013-02-25 20:11:03https://www.jesuscaritas.it/wordpress/es/?p=648“Feliz Cuaresma!” es la frase que normalmente utilizo en estos días. [En italiano es muy común el saludo “Buona domenica” para desear un feliz día domingo; “Buon lavoro” para desear a alguien éxitos en sus labores cotidianas; etc. De aquí la expresión “Buona quaresima”]. Obviamente porque estamos viviendo el tiempo que nos prepara a la Semana Mayor. Pero este año los cristianos de Tierra Santa (excepto en Belén y Jerusalén) no celebrarán la Pascua el 31 de marzo, como todo el resto de la Iglesia Cattolica, sino lo hará el 5 de mayo, junto a la Iglesia Ortodoxa.

Fue una decisión que tomaron los Obispos Católicos de este país, como signo de comunión con los hermanos ortodoxos, proponiendo por primera vez a todos los fieles de unirse en una sola fecha para la celebración más importante del año litúrgico cristiano.

La diferencia del calendario se debe a un complicado cálculo de la fecha pascual según dos tradiciones diferentes. Recientemente me he divertido en buscar algún documento en internet que me ayudase a comprender dónde nacen y cómo se explican las diferencias de ambas fechas… Resultado: ¡es verdaderamente complicado!

Dejando a un lado las intenciones de querer comprender, queda la experiencia un poco insólita de vivir aquí tiempos litúrgicos muy diferentes de los que se viven en el resto del mundo Católico, pero con el sabor de un desafío, hecho con pequeños signos, que ojalá puedan cooperar a acercar dos mundos vecinos, pero al mismo tiempo por algunos aspectos aun muy distantes entre sí. Y así, mientras en la mayor parte de los contextos ligados a la Fraternidad se intercambiarán los saludos de Pascua, los cristianos de Tierra Santa estarán apenas iniciando el tiempo de Cuaresma.

Hay un punto que debemos aclarar: ¿por qué se excluyen Jerusalén y Belén? Quien ha estado en Tierra Santa conoce bien la respuesta: el Statu quo. Como se sabe, de hecho en las basílicas del Santo Sepulcro y de la Natividad está vigor el Statu quo, es decir aquel particular estado de las cosas que ha quedado intacto desde el 1852. En esa fecha el Imperio Turco Otomano emanó un decreto para poner fin a los contrastes entre los cristianos que habitaban y oficiaban en estos santuarios. En práctica lo que estaba en vigor en ese entonces (a nivel litúrgico y de custodia de los lugares) ha quedado así hasta nuestros días, y cada cambio que se ha podido realizar ha sido decidido en común acuerdo entre las diferentes confesiones cristianas.

Será, entonces, una experiencia particular, esta Pascua, por diferentes aspectos, pero esperamos que se inserizca en el camino hacia la unidad que toda la Iglesia ha iniciado desde el día de su fundación.

Marco Cosini

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